miércoles, 2 de julio de 2008

el vago #66 - Gattaca

Gattaca de Andrew Niccol (1997)


La primera vez que vi esta peli me pareció tremendamente aburrida, yo creo que porque todavía estaba morro y no entendía la complejidad y profundidad de las cuestiones que se abordan en la cinta.

A grandes rasgos se trata un cuate, Vincent Freeman (Ethan Hawke), cuyo sueño de vida es convertirse en astronauta. Todo esto en un contexto futurísitco en el que la manipulación genénitca es una realidad y las nuevas generaciones nacen genéticamente mejoradas, eliminando enfermedades congénitas, potenciando los rasgos "buenos", por lo tanto sólo los súper humanos pueden ser aspirantes a ocupar grandes puestos, en todos los niveles y áreas, dentro de esa nueva sociedad.

Vincent, fue de las últimas generaciones que nacieron de la mano de Dios, por decirlo de alguna mera, por lo que estaría condenado a ser un simple mortal, en su más amplia acepción. Sin contar, que padece del corazón lo que complica sus aspiraciones. Sin embargo, sus empeño es tal que, haciendo efectivo uno de los más antiguos antivalores, la corrupción, consigue tomar prestada la identidad de uno de los prometedores elementos de un instituto donde se llevan acabao investigaciones astronómicas, para comenzar una carrera que le permita realizar sus más grandes aspiraciones.

Entonces, lo que se pone en cuestión es, sin duda, qué tan éticamente viable resultaría llevar a cabo prácticas de manipulación genética con el fin de mejorar a la especie humana. Y por otra parte, se revalora el viejo tema, cuasicliché, de que, sin tomar en cuenta nuestras capacidades, el esfuerzo y empeño que empleemos en la persecusión de nuestros objetivos pueden ser los suficientemente fuertes para alcanzarlos. Incluso, el mismo apellido del personaje de Ethan Hawke, Freeman, hace referencia eso. Él es libre porque puede elegir qué hacer con su vida, no está presdiseñado para desempeñar tal o cual actividad.

Es una película que retrata elocuentemente la sobriedad de un mundo "perfecto" en el que todos están consagrados a la realización de sus deberes sin deterse a apreciar la belleza natural del mundo. Sensación que se transmite sin mayor dificultad.