sábado, 28 de febrero de 2009

el vago #17 – Nosferatu, eine symphonie des grauens


Nosferatu, eine symphonie des grauens de Friedrich Wilhelm Marnau (1922)





Después de ver el bodrio adolescente de la temporada: Twilight, necesitaba desesperadamente ver algo que redimiera la mala imagen que dejaron de los vampiros. Cuando me enteré de que la proyectarían en una función especial al aire libre con motivo del FICCO, no dudé ni un sengundo en ir. Después de los vampiritos fresa, sólo el papá de todos los muciélagos podría cumplir el objetivo deseado.

Además, las condiciones parecían no poder ser las mejores, al aire libre en un panteón y musicalizada en vivo. Como lo mencioné con alguien, todo pintaba para ser la experiencia vampirezca del año o de la vida. Sin embargo, todo fue una gran tomadura de pelo.

Lo del panteón se tradujo en "afuera de un panteón", ahí como que las cosas empezaban a pintar mal. Pero bueno, por ahí dicen que la esperanza es lo último que muere (yo creo que por pendeja o por inocente, uds decidan). La proyección comenzó, así como la banda encargada de llevar a cabo la delicada tarea de ambientar las sensaciones provocadas por las imagenes en pantalla.

Durante el incio de la cinta, la música como se escuchaba fuera de lugar, pero bueno, se podía entender por el desarrollo alcanzado por la historia: la presentación de los personajes, el planteamiento sobre el que se cimienta la historia, etc. Música cotidiana, para una circunstancia igual.

De nuevo, con la esperanza al máximo, esperaba que, para cuando Thomas Hutter llegara a Transilvania, la música se tornara más tenebrosa, digo, estás por conocer al mismísimo Graf Orlok, era lo mínimo que se podía esperar. Pero llegado el momento, nada… Ahí fue cuando la experiencia comenzó a caer vertiginosamente para no levantarse nunca más.

De verdad no entiendo como toda la gente involucrada en el proyecto, pero sobre todo la banda de malnacidos encargada de musicalizar la cinta, se pudo prestar a semejante burla. Para mi gusto, y tal vez es un juicio demasiado severo, fue una mentada de madre a F. W. Marnau (que según fue director homenjeado en esta edición del FICCO), a su obra maestra y por supuesto a la concepción que de lo que es un vampiro. Simplmente, es absurdo ponerle música alegre/cotorra a una película de esa naturaleza.

Sin embargo, y a pesar del chiste en que se convirtió la proyección, la película en sí es demasiado buena para verse opacada por una sarta de ignorantes. Sin duda la caracterización de Max Schreck es sublime; la ambientación adecuada, los personajes bien desarrollados. Sin mencionar que para las limitaciones tecnológicas de entonces (a los ojos del cine contemporáneo, claro), es una película perfectamente bien lograda, con un nivel de ingenio bastante elevado para poder representar los diferentes momentos por los que atraviesa la historia. Por ejemplo, el emplejo de un filtro amarillo (como el sepia de las cámaras comunes) y otro azúl para distinguir el día de la noche, o los efectos de desvanecimiento para recrear los poderes sobrenaturales del Ave de la muerte.

Mi secuencia favorita es aquella en la Hutter llega al castillo y es recibido por el Vampiro. A partir de la impresión que me dejó, decidí que algún día, cuando la ocasión se presente, me voy a disfrazar del Graf Orlok.

Algunos dato curiosos:

– Durante la época en que se realizó la película, seguía viva la viuda de Bram Stoker por lo que se vieron en la necesidad de cambiarle los nombres a los personajes así como trasladar la historia de Inglaterra a Alemania, por razónes de copyright. De ahí que el Vampiro se llame Graf Orlok en lugar de Count Dracula.

– El pueblo donde se desarrolla la historia, Wisborg, es en realidad una mezcla entre Wismar y Lübeck.

– Las víctimas de Orlok no se convierten en vampiros, como normalmente sucede.

– Es la primer película de vampiros que se realizó.