Rudo y cursi de Carlos Cuarón (2008)
Esta película generó muchas expectativas: producida por la santísima trinidad del cine mexicano, protagonizada por el duo dinámico, y con uno de los temas más populares entre chicos y grandes en todo el mundo, pero especialmente nuestro país, el futból.
Antes de verla, comencé a escuchar que era muy mala para tener detrás a tan poderoso elenco, tanto a nivel producción como a nivel histriónico. Aún así, persistí en mis deseos. Aunque claro tampoco me esforcé por verla en las salas de cine, pero el destino andaba de coqueto y me la trajo a la comodidad del hogar. Ante tantos mimos, no podía seguir haciéndome pendejo: o la veía o no, punto.
Como mencioné creo que en Let's go to prison, una buena comedia es aquella que ofrece una crítica social trascendente, y Rudo y cursi da para eso y más. Son demasiados puntos los que me gustaría abordar, esperando no dejar ninguno de lado porque en realidad es una película harto compleja (aunque no lo parezca).
En primer lugar, es relevante el hecho que sea de las pocas comedias mexicanas (sino es que la única) que aborda el "otro México". Últimamente habíamos tenido que soportar cosas al estilo Cansada de besar sapos, historias que retratan con mayor o menor fidelidad la vida de la clase media capitalina. Ahora, nos llevan allende las fronteras de la Ciuadad de México, para acercarnos a la vida de la costa guerrerense, con todo y sus carencias.
La historia nos cuenta una parte de la vida de los hermanos, Tato y Beto. Ambos con ambiciones distintas, sueños distintos, vicios distintos, visiones distintas, pero que comparten la, tan llamada, "pasión del futból", deporte que termina cambiando el curso de sus vidas.
Es así como el fucho se convierte en el vehículo de salida para trata de resolver sus problemas familiares. Aquí es donde intervienen elementos como la rivalidad, el azar, los intereses individuales, para enriquecer la historia y problematizar el planteamiento central. En ese sentido la película resulta un tanto predecible, si nos quedamos con la anécdota pambolera a nivel de cancha, la película decaería seriamente. Sin embargo, se compensa con el resto de los puntos interesantes.
Lo anterior, me permite pasar al siguiente tema: la visión que nos presentan del futból. Para mi es digno de una mención especial que se hayan aventado a criticar tan duramente a dicho deporte en nuestro país. Yo pensé que nos presentarian la versión fanática del balonpie, pero no. En su lugar, nos hablan de la "mafia" en que se ha convertido. Evidencian las condiciones deplorables en las que viven los nuevos talentos, la explotación a la que son sometidos, las presiones psicológicas y económicas que sufren, etc. Además, de poner en primer plano, que lo último que le interesa a los ejecutivos del deporte es la estabilidad de sus jugadores: mientras dejen dinero valen, antes o después, que se mueran arrumbados en cualquier cuartucho de azotea.
Ahora, asi como se nos muestra, la voracidad de los empresarios y el resto de la estructura (Directores técnicos, managers, etc.), también se nos muestra el carácter voraz que los jugadores, en este caso los hermanitos estrella, presetan. Se deja ver como, tanto unos como los otros, son llevados pr el mismo deseo: el de la gancia. Sin embargo, la diferencia radica en el carácter pródigo del pobre y el avaro del rico. Estos tirando a la basura a sus jugadores "obsoletos" para no gastar más en ellos y mejor invertirlo en los que vienen; aquellos, gastándose el dinero en lo primero que se las atraviese, ya sea una camioneta para una mala mujer o en juegos de azar y drogas. No importa qué, la cosa es quemarse la lana. Un ejemplo claro de los principios políticos plutocrático y democrático.
Por último, merece especial mención (y aquí es donde radica la crítica más seria) el papel que juega el narcotráfico en todo esto. Ni uno ni otro de los hermanos, pudieron cumplir con su sueño de sacar a su familia "adelante". Sí, tal vez se involucraron en un "oficio" poco estable y lo que sea, pero estuvieron en la cima y no lo supieron aprovechar. En cambio, la hermana de este par, termina casándose con un capo del narco, representando la salida a la precaria situación que padece su familia (agravada con el fracaso de la aventura pambolera).
Desgraciadamente, las condiciones de desigualdad en el acceso a mejores condicienes de vida, orillan a muchas personas en nuestro país a tener que unirse a las filas del crimen organizado en la modalidad de tráfico de drogas, ya que los gobiernos que se han dedicado a "administrar" los bienes públicos, no ha sido capaces (más bien, no es algo que les interese) de satisfacer, por lo menos, las necesidades básicas de nuestra sociedad.
Los anteriores son los puntos que encuentro a favor de la película. Ahora hablaré de los contras.
En primer lugar, la caracterización de chicos pobres no les queda para nada ni a Gael Garcia ni a Diego Luna, ahí si no les salió, salvo algunas puntadas.
En segundo lugar, y tal vez esta sea mi crítica más severa contra la película, a pesar de criticar lo amafiado del futból, los productores terminaron reproduciendo las mismas prácticas que condenan. Todo lo reduzco a una pregunta: ¿Por qué tuvieron que entregarle el proyecto al hermano de Alfonso Cuarón?
Definitivamente es una película que no se puede dejar de ver. Para bien o para mal, presenta facetas de la realidad mexicana que se habían dejado de lado, por lo menos, en el cine más comercial que se produce en nuestro país, así como nuevos fenómenos que se van arraigando a pasos agigantados. A final de cuentas, el cine es un medio de interpretación de la realidad. En tales términos la película satisface.
Antes de verla, comencé a escuchar que era muy mala para tener detrás a tan poderoso elenco, tanto a nivel producción como a nivel histriónico. Aún así, persistí en mis deseos. Aunque claro tampoco me esforcé por verla en las salas de cine, pero el destino andaba de coqueto y me la trajo a la comodidad del hogar. Ante tantos mimos, no podía seguir haciéndome pendejo: o la veía o no, punto.
Como mencioné creo que en Let's go to prison, una buena comedia es aquella que ofrece una crítica social trascendente, y Rudo y cursi da para eso y más. Son demasiados puntos los que me gustaría abordar, esperando no dejar ninguno de lado porque en realidad es una película harto compleja (aunque no lo parezca).
En primer lugar, es relevante el hecho que sea de las pocas comedias mexicanas (sino es que la única) que aborda el "otro México". Últimamente habíamos tenido que soportar cosas al estilo Cansada de besar sapos, historias que retratan con mayor o menor fidelidad la vida de la clase media capitalina. Ahora, nos llevan allende las fronteras de la Ciuadad de México, para acercarnos a la vida de la costa guerrerense, con todo y sus carencias.
La historia nos cuenta una parte de la vida de los hermanos, Tato y Beto. Ambos con ambiciones distintas, sueños distintos, vicios distintos, visiones distintas, pero que comparten la, tan llamada, "pasión del futból", deporte que termina cambiando el curso de sus vidas.
Es así como el fucho se convierte en el vehículo de salida para trata de resolver sus problemas familiares. Aquí es donde intervienen elementos como la rivalidad, el azar, los intereses individuales, para enriquecer la historia y problematizar el planteamiento central. En ese sentido la película resulta un tanto predecible, si nos quedamos con la anécdota pambolera a nivel de cancha, la película decaería seriamente. Sin embargo, se compensa con el resto de los puntos interesantes.
Lo anterior, me permite pasar al siguiente tema: la visión que nos presentan del futból. Para mi es digno de una mención especial que se hayan aventado a criticar tan duramente a dicho deporte en nuestro país. Yo pensé que nos presentarian la versión fanática del balonpie, pero no. En su lugar, nos hablan de la "mafia" en que se ha convertido. Evidencian las condiciones deplorables en las que viven los nuevos talentos, la explotación a la que son sometidos, las presiones psicológicas y económicas que sufren, etc. Además, de poner en primer plano, que lo último que le interesa a los ejecutivos del deporte es la estabilidad de sus jugadores: mientras dejen dinero valen, antes o después, que se mueran arrumbados en cualquier cuartucho de azotea.
Ahora, asi como se nos muestra, la voracidad de los empresarios y el resto de la estructura (Directores técnicos, managers, etc.), también se nos muestra el carácter voraz que los jugadores, en este caso los hermanitos estrella, presetan. Se deja ver como, tanto unos como los otros, son llevados pr el mismo deseo: el de la gancia. Sin embargo, la diferencia radica en el carácter pródigo del pobre y el avaro del rico. Estos tirando a la basura a sus jugadores "obsoletos" para no gastar más en ellos y mejor invertirlo en los que vienen; aquellos, gastándose el dinero en lo primero que se las atraviese, ya sea una camioneta para una mala mujer o en juegos de azar y drogas. No importa qué, la cosa es quemarse la lana. Un ejemplo claro de los principios políticos plutocrático y democrático.
Por último, merece especial mención (y aquí es donde radica la crítica más seria) el papel que juega el narcotráfico en todo esto. Ni uno ni otro de los hermanos, pudieron cumplir con su sueño de sacar a su familia "adelante". Sí, tal vez se involucraron en un "oficio" poco estable y lo que sea, pero estuvieron en la cima y no lo supieron aprovechar. En cambio, la hermana de este par, termina casándose con un capo del narco, representando la salida a la precaria situación que padece su familia (agravada con el fracaso de la aventura pambolera).
Desgraciadamente, las condiciones de desigualdad en el acceso a mejores condicienes de vida, orillan a muchas personas en nuestro país a tener que unirse a las filas del crimen organizado en la modalidad de tráfico de drogas, ya que los gobiernos que se han dedicado a "administrar" los bienes públicos, no ha sido capaces (más bien, no es algo que les interese) de satisfacer, por lo menos, las necesidades básicas de nuestra sociedad.
Los anteriores son los puntos que encuentro a favor de la película. Ahora hablaré de los contras.
En primer lugar, la caracterización de chicos pobres no les queda para nada ni a Gael Garcia ni a Diego Luna, ahí si no les salió, salvo algunas puntadas.
En segundo lugar, y tal vez esta sea mi crítica más severa contra la película, a pesar de criticar lo amafiado del futból, los productores terminaron reproduciendo las mismas prácticas que condenan. Todo lo reduzco a una pregunta: ¿Por qué tuvieron que entregarle el proyecto al hermano de Alfonso Cuarón?
Definitivamente es una película que no se puede dejar de ver. Para bien o para mal, presenta facetas de la realidad mexicana que se habían dejado de lado, por lo menos, en el cine más comercial que se produce en nuestro país, así como nuevos fenómenos que se van arraigando a pasos agigantados. A final de cuentas, el cine es un medio de interpretación de la realidad. En tales términos la película satisface.