
Así que con esa mentalidad decidí ver “El Planeta Prohibido” y me pareció sorprendente y maravillosa, nunca había visto tanta fantasía e ilusión en películas anteriores a 1969 (cuando el hombre pisó la Luna) desde que Melliés adaptó Le Voyage Dans La Lune de Julio Verne para el cine silente.
En una sociedad donde la guerra fría está en pleno auge, está película es distinta de todas las demás, aquí el enemigo no son los rusos ni los alemanes, sino los mismos seres humanos que tratan de construir un mundo perfecto fuera de este que vivimos, donde hay un paraíso, una mujer hermosa y una serie de elementos que muestran la necesidad de Norteamérica de un planeta pacífico. Robbie el robot, incluso no puede ser usado como arma de destrucción pues es muy consciente de que eso es malo.
Los efectos especiales son buenísimos y creo que de allí se inspiró Kraftwerk para hacer su música.